Un mundo en constante cambio genera la aparición de nuevos conceptos y realidades. En el ámbito de la habitabilidad, uno de los problemas más acuciantes de estos tiempos, surge el término “casas sostenibles”. Veamos a que alude.
Para empezar, señalemos que se trata de una expresión que cuenta con dos sinónimos, viviendas ecológicas y autosuficientes. Claramente, en todos los casos se está aludiendo a la relación de los hogares con los recursos y suministros que se necesitan para construirlas y para que sus habitantes puedan vivir en ellas.
En este segundo apartado es en el que más interés se pone. Hacer casas en las que se reduce drásticamente el consumo energético es beneficioso para sus propietarios y para todo el planeta. Ojo, se trata de mantener el nivel de vida, sin renunciar a comodidades, pero sin tirar de las energías tradicionales.
Por lo tanto, en este nuevo tipo de viviendas se cuida garantizar el mejor de los aislamientos térmicos, de forma que las fugas de calor o frío sean mínimas. También que la energía fluya por todo el interior, con lo que los nuevos diseños crean espacios abiertos, con los menos tabiques posibles. Y, además, se utiliza la energía solar como fuente de abastecimiento.
De momento todos estos proyectos implican que los costes se encarecen, algo que afecta al precio final de la compra. Pero, es una inversión que se compensa pensando en las facturas de gas y luz que ahorramos. Y, lo más importante, contribuyendo de forma directa al cuidado medioambiental.
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