Con la aplicación de las tasas municipales y otros gravámenes, resulta que en Barcelona se da la circunstancia de que puede resultar más barato tirar el mobiliario a la calle que trasladarlo a nuestra nueva vivienda. Al menos, si nos atenemos a los 86 euros que cuesta de mínimo desde este mas de mayo con la nueva ordenanza municipal que ha entrado en vigor.
Estos euros se pagan por la concesión de la autorización para realizar la mudanza. Pero, a este pago por trámite burocrático, se suman otros 3 euros por metro cuadrado de ocupación de vía pública, en lo que se refiere a los vehículos que se tengan que aparcar para cargar el mobiliario. Y, todavía falta el coste de la intervención de la policía local en el caso de que sea necesaria.
La primera consecuencia, en solo unas semanas de implantación de esta nueva legislación, es que se ha notado la reducción de la actividad en el sector de las mudanzas en la Ciudad Condal. Para el representante de la Asociación de Plataformas y Mudanzas de Catalunya, una agrupación que se está formando legalmente en estos días, estos efectos negativos serán desastrosos para los empresarios autónomos que son el grueso de los que se hacen cargo de esta actividad. Tanto como para empezar a señalar la necesidad de estos de unirse y empezar a movilizar sus protestas.
Las fuentes municipales consultadas parece que muestran una cierta sensibilidad ante estas preocupaciones de usuarios y empresarios. Han anunciado que se comprometen a revisar estas tasas, reduciendo el porcentaje del coste gravado del 90 actual a un 40%, lo que se traduciría en pasar de esos 86 euros a 38.
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